Soy escritora
Al descubierto
Vivía en su interior, hasta que le presentaron lo de afuera
iliah.R
(El fractal en el pensamiento de Ad, imagen tras imagen al caer)
Las detonaciones en su pecho dejaban claro que el sol de mediodía no era compatible con su desgastado organismo. Cada paso que daba era como un descuento de vida. Llevaba 33 periódicos en brazos, sudor desplegado en su rostro, y en su mente un recuerdo que pesaba más que todo ese cúmulo de detalles.
Había vuelto a repartir ejemplares de diarios propios, por los que soñaba que en algún momento podría dar a conocer la fórmula del rescate del arte de dar noticias y ofrecer espacios útiles para empresarios. En sus visiones no era difícil, en la realidad había gente opacando la oportunidad de cambiar. Ad entendía que los conflictos y las soluciones habían abandonado un territorio específico interesado. El mundo tenía los ojos puestos en todo, así que al escribir, era válido pensar en el mundo entero. Vender las vidas del barrio a las grandes ciudades y ganar con el estilo de la nueva formulación de ideas y las necesidades creadas recientemente, que habían aplazado a las que durmieron en el aburrimiento natural del ser humano llamado consumidor.
– En verdad, no es el escenario predilecto para el acto de ningún ser humano- dijo la mujer, que la había alcanzado luego de observar lo sucedido con Ad. La joven dejó por un momento su estado catatónico y asintió.
– No me va a creer, pero me caí por ponerle atención a usted. Por cierto, fue una muy buena obra de su parte el que apurara un poco el paso para ver si me había roto una pierna. Pero, no se preocupe, no me pasó nada. Estoy bien, y tuve tiempo para recordar.
– ¿Crees que eres rápida y yo lenta entonces? Bueno, pude observar que no te sucedió nada más complejo que lo que llevas dentro de tu cabeza.
Ad enfureció. Era una señora entrometida, definitivamente, nadie le estaba preguntando nada.¿Cómo lo sabía? el caso era cambiar, y al parecer, su expresión no ayudaba en nada. Pero la dama continuó.
– “Pequeña, si tan solo pudieras levantar la vista un poco, sabrías lo valioso que es ir despacio, atento y seguro. Créeme que el cielo es mucho más interesante que el pavimento. La dirección de tu vida está en tus ojos. Hacia lo que dirijas tu mirada allá irás. Hay respuestas en el cielo y el suelo. Decide tú… Qué bueno que estás bien. Procura reír. Te veías muy divertida en la bajada. Cuando no pasa nada, lo que procede es reír, levantarse y continuar.
Ad era reservada, y de muy buenos modales, a pesar de ser diplomática. Había escuchado en una ocasión que los consejos que no se reciben regresan en mala virtud hacia quien lo proporciona, así que decidió no hacer daño al buen empeño de su hada matutina y agradeció sus palabras. Tenía razón. Lo mejor era reírse de sí misma y continuar. Con tal determinación, su mp3 se encendió, y la música volvió a sonar.
Próximo miércoles Nada y nadie